Hoy he pasado cinco horas con ellos puestos, sonando, y no me ha quedado ni gota de fatiga. Habría podido estar otras cinco horas más. Sólo eso ya les puede dar una idea de lo satisfecho que estoy con ellos.
Los compré con dudas, ante la falta de reseñas independientes en internet, pero me han sorprendido muy gratamente. Buscaba unos auriculares cerrados para poder escuchar en viajes, por la calle o en el trabajo, sin molestar a quien esté a mi lado; mis otros auriculares son abiertos y, aunque tienen una escena más amplia, quien esté cerca mío lo esscucha todo. Tengo unos Audio Technica ATH M50x y siento mucha fatiga tras escucharlos más de media hora. Con estos, todo lo contrario.
Construcción:
Son los auriculares over-ear más livianos que he tenido. No pesan nada. En primera impresión, los materiales pueden parecer no de primera calidad, pero al instante uno se da cuenta de que no es así. Símplemente son livianos. Las almohadillas son extremadamente cómodas, la diadema no aprieta ni pinzan, pero se sujetan bien a la cabeza, no como pasa con los AKG, que tienden a bailar con el balanceo.
El empaquetado es muy espartano y simple, apenas una caja de cartón y algo de papel para protegerlos, por aquello de la sostenibilidad. El lado malo es que no es una caja para conservar y a mí mi me gusta conservarlas.
Los cables se ven de muy buena calidad y tacto agradable, no se enrollan ni parece que hayan escatimado en ellos.
Sonido:
No es perfectamente neutral al estilo de los HD600, pero tampoco es en V como en los ATH50x. Digamos que es una V muy muy suave, con los bajos y los medios bajos sutilmente elevados, los medios muy claros y los agudos en su punto, sin ser punzantes ni afilados, algo que personalmente agradezco y que es imprescindible si uno quiere usar los auriculares por un rato largo. Los bajos son definidos y no se crea esa niebla, ese emborronamiento tan común en muchos auriculares (igual que en los HD660s2). La temperatura es neutra con un poquito de calidez, la atmósfera justa, diría. Mi prueba de fuego es Omega, de Enrique Morente: hacia el final de la canción hay palmas muy agudas, bombo de batería muy bajo y la voz en medio. Estos Sony MDR M1 se han portado excepcionalmente bien ahí, haciendo que escuchar las palmas fuese un disfrute y no un dolor de cabeza como me pasa con otros.
Para quién son:
Se supone que son el sustituto de los Sony MDR 7506, los auriculares de estudio de toda la vida. Para un uso individual los veo, pero para mesas de radio, donde los auriculares pasan de mano en mano todo el día y caen golpeados a la mesa constantemente, creo que podrían ser algo frágiles. Ideales si trabajas con audio, si necesitas llevar auriculares muchas horas o si te gusta escuchar música pero te incomodan los auriculares in-ear.
Resumiendo, son unos auriculares de 9,5, con un precio muy justo.
Me queda la duda de si sus hermanos mayores, los Sony MDR MV1, abiertos, estarán a la misma altura en calidad de sonido.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.