Es un deshidratador de alimentos, muy completo y de la marca Yashe. Llega en una gran caja de cartón fuerte y dentro, otra más pequeña. En su interior, mantenido en suspensión con porexpan, el aparato. Muy bien protegido.
La deshidratación de los alimentos permite que estos se conserven durante más tiempo y estando listos para comer, para rehidratar o para cocinar con ellos.
Podemos deshidratar de todo, desde frutas o verduras, hasta carnes y pescados, pasando por hierbas. Hojas de laurel, romero, perejil, menta, albahaca, … todo es apto para guardarlo seco.
Dependiendo de lo que elijamos deshidratar, va a requerir tiempo, muchas horas.
Debajo, un manual de instrucciones, un recetario, un juego de 9 bandejas metálicas envueltas en plástico de embalar. Dentro del aparato tenemos una bandeja de plástico para frutas y 2 mallas de silicona.
Al sacar los protectores de embalaje, me ha sorprendido su peso, muy poco, mucho menos que la freidora de aire. Además, su movimiento se facilita mucho gracias a dos hendiduras que hacen las veces de asas situadas en los laterales. Estas asas son de plástico negro.
El deshidratador está hecho con acero inoxidable de grado alimenticio y libre de BPA, y plástico negro brillante en los remates.
Tiene unas medidas de 40,5 cm de ancho, 34,5cm de fondo y 31 cm de altura.
Su potencia es de 1000W.
La temperatura la podemos graduar entre 35 y 75ºC. Al pulsar cambia de 5 en 5ºC.
El temporizador en intervalos de 30 minutos, programable para 48h.
El nivel de ruido es inferior a 48 dB.
La puerta se abre por un lado de manera suave, no cuesta nada. Tiene un par de bisagras metálicas, fuertes y doradas en un lateral. El frontal es de cristal transparente y permite ver la evolución de nuestras piezas a deshidratar.
Al fondo tenemos dos ventiladores traseros, potentes y silenciosos. Durante su funcionamiento prácticamente no se oye nada. El aire sale por la parte trasera del aparato, de modo que yo he preferido dejar un pequeño espacio trasero.
En ambos lados tenemos guías, con distinto tamaño para poner las bandejas de acero inoxidable donde colocamos los alimentos. Son cuadradas, de algún milímetro menos de 30x30cm y encajan a la perfección. Tenemos 9 unidades y son aptas para meter en el lavavajillas a la hora de limpieza. Se limpia muy fácil simplemente con una esponja.
Según el tamaño de los alimentos, podremos poner todas las bandejas metálicas, en caso de deshidratar rodajas de frutas, por ejemplo, o menos en el caso de que deseemos deshidratar unos tomates o piezas voluminosas.
También podemos colocar las piezas más grandes en la bandeja de plástico blanca que tenemos. O bien utilizarla para dejarla abajo del todo, por si caen gotas de las rodajas que hemos cortado.
Las dos mallas de silicona son para colocar sobre las bandejas metálicas en el caso de que tengamos alimentos que puedan colarse, como por ejemplo, purés, que también es posible ponerlos según las indicaciones.
El recetario es muy variado y nos muestra con fotografías e indicaciones lo que podemos hacer, cómo colocar las piezas y el tiempo y temperatura a usar para deshidratarlas.
Puesta en marcha. Al enchufarlo a la luz aparece un símbolo de encendido/apagado en el frontal superior a la derecha. Si pulsamos, se enciende toda la parte superior con los dígitos correspondientes al tiempo que lo queremos mantener funcionando y a la temperatura que deseamos que tenga. El botón de Set es para elegir y modificar la temperatura o el tiempo y dos botones con flechas para subir o bajar lo que hayamos elegido. Si tardamos en seleccionar, se pondrá en marcha de forma automática. También podemos parar el funcionamiento con el botón de encendido-apagado cuando queramos.
Cuando lleva rato en marcha, se calientan los laterales y zona trasera. Es normal.
Hemos hecho algunas pruebas, con tomates, algunas rodajas de naranja y mi hijo, con rodajas de plátano, que quería hacer chips. Algunas cosas bien y otras a mejorar en el cálculo de tiempo-temperatura por nuestra parte.
La prueba definitiva ha sido con calabacín. Hemos cortado muy fino un calabacín y colocado separados en varias bandejas. El resultado han sido unos chips de calabacín muy ricos, pero, eso sí, tras 15h de espera. Con tanto tiempo, se hace un poco pesado. Por una parte, te olvidas de que lo tienes puesto si no eres impaciente, pero por otra, aunque de forma suave, no paras de escuchar el sonido del ventilador en marcha.
Un pelín más de temperatura, que llegase a los 90º le habría venido bien para acortar los tiempos. La potencia es buena, por encima de la media. El precio también está por debajo de esa media hablando de productos ya con cara y ojos.
El aparato está muy bien hecho. La calidad de los materiales es buena. Si te gusta innovar en la cocina, esto es un excelente complemento, de calidad y con mucha capacidad para hacer conservas de una tanda. Producto recomendable. Un saludo.
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