Lo que más me gusta de la Instant Pot Duo es lo segura que resulta: su tapa encaja con un clic y no se abre mientras está a presión, y la válvula de liberación de vapor es súper fácil de manejar, así que nunca tienes que preocuparte por quemarte.
Además, al tener siete funciones preprogramadas – presión, cocción lenta, arroz, salteado, vapor, yogur y “mantener caliente” – prácticamente reemplaza media docena de aparatos de tu cocina. Solo pulsas el botón que necesitas y listo.
Cuando se trata de limpiarla, tampoco hay lío: la cubeta sale en un segundo y se puede meter al lavavajillas o aclarar bajo el grifo, y la tapa se desmonta igual de rápido, sin rincones imposibles donde se queden restos.
Y lo mejor frente a una olla a presión normal: no tienes que vigilar el fuego ni ajustar a ojo la salida de vapor. Pones el temporizador y tu comida acaba justo cuando tiene que acabar, sin estar pendiente de nada.
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