Sartenes espectaculares. Hay que saber usarlas para obtener un buen resultado pero siendo cuidadosos y con el tiempo se puede dominar el cocinado con sartenes de acero.
Hay que calentarlas lubricadas (con aceite suficiente para crear una capa finísima de grasa que hará de protector del metal y del alimento, generando, con los propios jugos del alimento, una capa de antiadherencia.
Como se hace, se añade en frío aceite a la sartén, se lleva a una temperatura medio-alta sin pasarse (este punto es el más complejo pero se consigue con práctica).
Cuando creamos que lo tenemos, echamos con las puntas de los dedos mojados un par de gotas en la sartén. Si bailan como si fuera mercurio mientras hierven, está perfecto para el cocinado. Si se evapora sin ese efecto, aún queda por subir la temperatura y no está lista.
Recuerda que lo recomendable es mantener esa temperatura por lo que alimentos muy fríos o aún congelados completa o parcialmente no son aptos. Y se pegarán.
Bajo ningún concepto, aunque deberías saberlo, uses utensilios metálicos. Siempre madera o plástico.
Un peso equilibrado. Parecen más pesadas pero no.
Se pueden usar incluso en el horno hasta 220 grados sin problemas.
Se pueden lavar en lavavajillas.
No contiene ningún agente tóxico, solo metal y algo de silicona en el mango.
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